lunes, 14 de noviembre de 2016

Mi Primer Baile.





Un día mi tía me llamó y me dijo:
                —¡Hola, pa! ¿cómo estás?
                —Bien, por lo menos… ¿vos?
                —Bien, bien, a que no sabes quién me vino a visitar...
                —¿Quién? Exclamé sorprendido.
                —Cristian, tu tío el de Buenos Aires.
                —Bueno, me baño, preparo ropa y voy rápido.
                —Bueno, hijo, te espero.
15 minutos después llegó mi mamá y me dijo entre risas:
                —¿A dónde te vas vos, nene, sin permiso?
                —Vino Cristian, tu hermano. Esta noche me voy al baile a festejar mi cumple.
Era un 27 de marzo, yo cumplo el 28; o sea, el día siguiente.
                —¿Sin permiso te vas a ir? ¿Te pensás que te mandás solo? —dijo enojada.
Agaché la cabeza y me fui a acostar un poco tristón. Después de 10 minutos llamé a mi tía y le dije:
                —Mamá no me deja ir, no sé por qué.
                —Bueno, tranquilo, ya la hablamos nosotros.
Me fui a acostar con mi mamá. De pronto sonó el celular y pude leer que decía “Pao”, así se llama mí tía. Me fui en silencio a mi pieza. 10 minutos después me llamó mi mamá y me dijo:
                —Te voy a dejar ir, pero te doy $200, no más.
                —¿Para qué quiero más?
                —Bueno, bañate, juntá ropa y andá.
Desesperado fui a bañarme y juntar la ropa. La llamé a mi tía y le dije:
                —¿Qué hiciste para que me deje?
                —Y, sí, soy una genia…  ¿qué es esa pregunta?
                —Bueno, en diez salgo para allá.
Llegué a la casa de mi tía a las 21 h. , le di un gran abrazo a mi tío de Buenos Aires y saludé a los demás con un beso. Mi tío me dijo:
                —Vamos a sacar las entradas, volvemos, te bañás y nos vamos.
                —Bueno, tío , dale.
Cuando volvimos de sacar las entradas me di cuenta de que me había olvidado las zapas nuevas, ¡qué garrón! Pero no fue nada grave: mi primo me prestó unas que estaban relindas.
Hasta que nos bañamos, cambiamos y todo eso ya era la 1 de la mañana. Nos fuimos caminando al baile porque quedaba  a cinco cuadras de la casa de mi tía. Me acuerdo que cuando entré el policía me dijo:
                —Ey , ey ¿cuántos años tenés?
                —17 —le dije.
                —Mentira, no tenés més de 16 —exclamó entre risas.
                —Entonces ¿para qué me preguntás, si te vas a responder solo?
                —Bueno, tranquilo nene, ¿eh?
El policía nos llevó a firmar unos papeles, así podía entrar. Estaba asustado, pensaba que no me dejarían entrar, pero sí pasé al final. Adentro mi tío me dijo:
                —Si te empujan, no te pongas loco, esto es así.
                —Sí tío, ya lo sé.
Pasé una hermosa noche con mis tíos, primos, amigos.
                                                                              
Demian Carbajal 2D

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