Me llamo
Mary, hoy se cumplen dos meses desde que llegué a este lugar. La
verdad es que mi esposo me trajo una noche porque me sentía mal, me
dejó acá y no volvió más, pero tampoco me importa si vuelve o no.
No lo quiero ver.
Por lo
que la doctora me dijo (¡bah! “doctora”: una mujer con una bata
blanca y bien educada), tengo una enfermedad llamada
“ESQUIZOFRENIA”, que es un “trastorno mental” (¡dios! Estoy
bien yo).
Les
cuento, tengo una amiga que se llama Lucía. Un día apareció de la
nada diciendo que ella venía del más allá y que iba a ser mi mejor
amiga. Desde ese momento hablo con ella siempre, es la única que me
escucha y entiende.
Hace
tiempo que paso las tardes en mi habitación, mirando los pájaros
que vuelan hasta mí y me saludan, son muy buenos ellos. Yo le conté
esto a la doctora, pero me dijo que no había nada y que cuando vea a
pájaros saludándome apriete un botón que me habían dado, y digo
“habían” porque lo tiré.
―¡Mary, Mary!
―¿Lucía?
―Sí, soy yo. Escuchá esto, es rápido.
―¿Qué pasa?
―Prestá atención, esta noche a las nueve te tenés que ir de acá.
―¿Por qué?
―Porque te odian, te quieren transformar y alejarte de mí, tu
mejor amiga.
―Bueno, nadie me va a separar de vos, NUNCA.
A la hora pautada, tenía todo listo: iba a pedir ir al baño y, como
había visto que allí había una ventana, me iba a subir al
inodoro, pisaría ahí donde está el papel higiénico y justo a las
nueve saldría a conocer el mundo que hacía ya dos meses que no
veía.
Justo a la hora que me había dicho Lucía escuchaba su voz
diciéndome que saltara, que esa era mi salida si quería estar con
ella. También escuchaba que los doctores trataban de abrir la puerta
del baño y no podían.
Tal cual me había pedido Lucía, me tiré. Había salido al mundo,
pero ¡estaba muerta! En un abrir y cerrar de ojos estaba en una
habitación toda blanca, donde había cuadros de muchas niñas
felices. Incluso, vi un cuadro donde había una foto de Lucía y otro
más allá, pero no se notaba mucho quién era.
―¡Mary!, ¡Mary!
―¿Lucía?
―Sí, soy yo.
―¿Qué pasa? ¿No iba a salir al mundo? ¡Sigo en el hospital!
―No estás en el hospital, esta es tu salida persiguiendo a los
vivos.
Jazmín
Figueroa. Tercero C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario