Mi anécdota
Una noche oscura, dormida, salí
a caminar por el bosque. De repente oí un ruido y me desperté medio confundida.
Fue ahí cuando me di cuenta de que estaba totalmente perdida, empecé a gritar,
a pedir ayuda:
―¡Ayuda
por favor, ayuda!
Pero
nadie me escuchó, así que comencé a caminar. Luego de un rato encontré un
cartel que decía que para la derecha estaba la casa del DUENDE MÁGICO (que
también hacia pociones).
Fui a buscarlo y cuando llegué
él me preguntó:
―¿Qué
haces aquí, niña ? ¿Acaso no sabes que este bosque es peligroso?
―Disculpe,
señor, me perdí y necesito ayuda.
Entonces el duende expresó: “Acá
todo es peligroso, muchas niñas como tú se pierden. Pero tranquila, yo puedo
ayudarte”.
Y así fue, el duende me ayudó
con unas pócimas suyas y dijo:
―No
hay que jugar con estas cosas, son muy peligrosas.
Llevamos todas sus cosas al
laboratorio secreto y ahí comenzamos:
―¿Sabes
mezclar cosas ? ―dijo él.
―Sí.
―Bueno,
entonces mezcla esta pócima, con cuidado. Esto es solo la primera parte.
Por suerte terminamos a tiempo
para acabar la poción:
―Terminamos,¡
bien! Ahora espera y te diré qué hacer.
―Bueno,
¿Estás seguro de que va a funcionar?
―Claro
que sí, nunca le erré a una poción.
Yo estaba muy nerviosa porque no
sabía si iba a funcionar, pero aun así tenía mucha fe en el duende.
El duende y yo fuimos al jardín.
Era muy tenebroso ese lugar. A pesar del bosque que lo rodeaba, seguía siendo
tenebroso. Al fin él me dijo:
―Tómate
la poción y di tres veces en el lugar que quieres estar y aparecerás ahí.
―Bueno,
lo voy a intentar.
―No
lo debes intentar, debes hacerlo con confianza.
Confiada de lo que hacía la tomé
y dije:
―Quiero
estar en mi casa, quiero estar en mi casa, quiero estar en mi casa.
Y puf... desaparecí del patio
del duende. Cuando me desperté ya estaba en mi casa:
―¡Por
fin llegué! ¿Cómo estará el duende? ¡Me encantaría agradecerle por todo!
Giuliana Quinteros
2D
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