Una tarde iba camino a la fiesta que la escuela había
organizado a beneficio de unos niños de otra provincia con pocos recursos. Esta
fiesta se realizó un día viernes a la noche. Llegué tarde a la fiesta, así que
perdí a mis amigos entre la multitud.
En un momento me mandó el director a buscar algo a
la sala de maestros y, al pasar por un aula, vi a mi mejor amigo y a mi novia besándose.
Les grité: “¿Qué están haciendo?“
―No es lo que vos estás pensando,
solamente la estaba consolando ―dijo Mauricio.
―Yo sé muy bien lo que vi y no lo
niegues porque fue muy claro, ustedes me estuvieron engañando a mis espaldas ―le
respondí.
―Pensá lo que quieras. Total, si vamos
al grano, ella nunca te amó.
―Bueno, no me importa. Los dos son unos
traidores, hasta nunca. No quiero hablar más con ustedes, traidores ―y
me fui rápidamente.
La fiesta de la escuela tuvo mucha asistencia,
muchas personas habían ido para hacer donaciones para esos niños de otras
provincias con pocos recursos. Por su parte, los alumnos y los maestros
organizaron muchos juegos en la fiesta.
“Se pudo
recaudar los fondos necesarios para el viaje estudiantil”, dijo Margarita
Gonzales, una de las profesoras de la institución, y comentó muy brevemente el esfuerzo
que realizaron los alumnos para realizar ese viaje.
Después de lo sucedido, con Mauricio seguimos
hablándonos, pero no somos los amigos que éramos antes, ahora estamos más
distanciados. Con mi exnovia solemos hablarnos de vez en cuando y no sé si
ellos están juntos o algo por el estilo.
Matías Bronzone 2D
No hay comentarios:
Publicar un comentario