sábado, 25 de junio de 2016

La olla de oro.

La olla de oro.

Una familia se mudó a una granja. Un día la madre salió a trabajar y sus hijos quedaron en casa. Los niños empezaron a escuchar ruidos extraños. La hija mayor empezó a buscar de dónde venían esos ruidos. En una esquina del establo de la granja brillaba algo. Eran monedas de oro en una olla. La niña esperó a que su mamá llegara y le contó lo que había encontrado. Su mamá ni dudó en buscarlo. Con eso pagarían sus cuentas. Pero cuando fueron al establo, el oro había desaparecido del lugar. Entonces la mujer le comentó a un anciano lo sucedido y el hombre le dijo que ese oro era vigilado y custodiado por sus antiguos dueños para que nadie lo quisiera robar. Se decía que era para enseñar que “nadie puede tomar lo que no es suyo”.
La mujer siguió intentando tomar esa olla de oro, pero nunca pudo. Mientras tanto ella iba perdiendo cosas como su trabajo. Eran castigos de los que cuidaban el tesoro.
Después de tanto que perdió esta mujer, entendió que no debía tomar lo que no era suyo. Tenía que trabajar y seguir luchando para tener lo que ella quería.
Tomás Bustos, 1° B

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