El
arcoíris y el sol.
Hace
siglos, en un pequeño pueblo, el sol se había desvanecido por causa
de un gnomo malhumorado que experimentaba hacer hechizos muy raros en
una fuente de oro.
Ocurrida
la tragedia, el gnomo había descubierto la fórmula del arcoíris,
pero no estaba satisfecho de ella por la falta de brillo.
Pasaron
días, semanas y años hasta descubrir la fórmula. Al hacerlo, el
arcoíris tenía tanto brillo que empezó a crecer hasta llegar al
sol. Ambos se desvanecieron sin parar.
El gnomo
desanimado por esta razón no quiso volver a hacer un hechizo. De
pronto, llegó una pequeña niña y le dijo:
-Tú
puedes hacer cosas maravillosas y es tu don. Entonces puedes remediar
esto.
El
problema se resolvió después de un tiempo y todo volvió a la
normalidad. Es por eso que hoy en día el sol brilla como una fuente
de oro dándole un reflejo al arcoíris.
Sofía
Gallo, 1° B
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