sábado, 11 de junio de 2016

La leyenda de las nubes.

La leyenda de las nubes.

Allá por el año 1415, antes de la era hispánica, vivía la tribu de los guaraníes. Dentro de la tribu se encontraba Kenio, el único hijo del cacique. Él era un hombre muy responsable, alegre, apuesto, de cabellera larga y negra, muy fuerte y alto.
Unos años después, Kenio y su papá, fueron a un combate porque otras tribus querían usurpar su territorio. Entonces el cacique mandó a Kenio y a otros guaraníes a matar al cacique de la otra tribu. Así los otros se arrodillarían a sus pies.
Pero no todo salió como estaba planeado. De los quince guaraníes quedaron vivos tres, entre ellos Kenio que estaba gravemente herido..
Días después del combate, Kenio y el cacique fueron hasta la choza del brujo de la tribu. Él se llamaba Kaructica y predijo que la persona que más amaba en el mundo moriría de una grave herida y que se convertiría en lo que más anhelaba.
Semanas después, Kenio estaba descansando muy pacíficamente, cuando de pronto sintió un fuerte dolor en la herida que conservaba desde el regreso del combate. Tan fuerte fue el dolor que el hijo del cacique se cayó y rápidamente sus primos lo llevaron al curandero del pueblo. Este dijo que la herida estaba muy infectada y que no le quedaba mucho tiempo. Su padre habló con su hijo casi muerto:
-Hijo querido, he hablado con el curandero y me comentó que te queda muy poco tiempo de vida.
-Sí, papá, sabes que te extrañaré mucho, pero quiero que me prometas que no sufrirás por mí porque yo estaré muy bien a donde sea que esté.
-Tú sabes que te extrañaré y sabes que te amo.
-Papá, llegó la hora, siempre que te sientas solo mira arriba, siempre estaré allí para apoyarte.
Así finalizó la charla y luego Kenio murió. Su padre preparó su cuerpo para el ritual de la quema. Cuando lo quemaron, sus cenizas volaron hacia el cielo y se convirtieron en una nube blanca como la leche.

Bianca Rodríguez, 1° A

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