domingo, 19 de junio de 2016

El gran discurso.

El gran discurso

Eran las 6 de la tarde. La plaza de mayo estaba llena de gente, cámaras y grabadoras. Allí estaba Estela de Carlotto con sus 85 años y su típico pelo rubio bastante ondulado. Estaba sobre una tarima frente a un micrófono a punto de dar un gran discurso hacia una plaza repleta de gente.
—Buenas tardes a todos los presentes. Como quizá muchos aquí ya saben, después de tanto esfuerzo juntos y meses de trabajo continuo pudimos encontrar al nieto número 119 –dijo con una sonrisa-. Estamos tan orgullosos de cada persona que nos ayuda, sea personalmente o por nuestra página de internet, ya que si todos ponemos si quiera un mínimo granito de arena podemos cambiar todo esto y ayudar a tantas familias que aún buscan a alguien –comenzó a disminuir su sonrisa dejando a la vista unos ojos tristes-. Obviamente, esto aún no ha terminado, ya que nos faltan 381 nietos por encontrar –suspiró- ¿Se imaginan esa cantidad de pequeños? Aunque ahora ya deben rondar entre los 35 y 40 años. Algunos morenos, otros rubios, hasta colorados podría decir. Todos ellos sin su verdadera identidad. ¿No pueden si quiera pensarlo, verdad? Por ejemplo, imaginen esta plaza totalmente repleta de las familias de las 381 personas afectadas. Sus madres, padres, hermanos, tíos, primos, abuelos, sobrinos, cuñados. Todos aquí presentes ¿Es una locura cierto? Esta plaza tiene casi 20.000 m², es muchísimo, y a pesar de eso estaría repleta. Todos los integrantes de cada familia unidos por una misma causa: lograr que se cumpla el derecho a una identidad –levantó su tono de voz-. Y por cada una de esas familias yo juro que vamos a luchar hasta encontrar cada nieto robado en esa horrible época y a devolverles su verdadera identidad.
Comenzaron todos a aplaudir, algunos con ojos llorosos, otros furiosos por la indignación, cada uno con sus emociones. Pero nunca dejando de pensar en dichas personas que ahora no conocen nada de su verdadera esencia y quién sabe si algún día lo harán. Aunque, como dicen, la esperanza es lo último que se pierde.

Rocío Ramos
Jazmín Valdivia
Sexto A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario