Un
día, Lucas y su hermano Joel estaban jugando a la consola, pero de
un momento para otro se empezaron a marear intensamente. La vista se
les puso borrosa y la televisión los tragó.
Luego despertaron en un
pelotón, pero ese escuadrón era del juego de la consola. Había una
regla: obedecer al jefe llamado Kratos, dios de los dragones.
Ese dios los convirtió
en dragones elementales. Uno de ellos era Joel con el elemento de
agua y el otro Lucas, de fuego y luz. La misión era rescatar a la
princesa Alma, encarcelada por el dios de oscuridad.
Ellos unieron fuerzas y
lo derrotaron. La llevaron sana y salva a casa, y luego de eso
volvieron a la vida real. Así todos vivieron felices por siempre.
Lucas Budding, 1° A
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