La calabaza embrujada
Una tarde, hace mucho
tiempo, un niño llamado Ignacio estaba buscando una calabaza para
ponerla de adorno en la puerta de su casa. Ignacio encontró una que
estaba embrujada. Después el niño llamó a su amigo Bermúdez para
que lo ayudara a llevarla al patio de su casa, en el día de
Halloween. El pequeño le dijo a su amigo:
-Ayúdame a quitar lo de
adentro –y cuando lo estaban haciendo, le hicieron una cara por
fuera a la calabaza.
Llegada la noche, los
niños salieron a recoger dulces, pero cuando se fueron de la
calabaza salió un monstruo llamado Calavera que comenzó a matar a
todos los que estaban a su alrededor, excepto a los niños que no se
daban cuenta de nada.
Cuando Calavera ya había
matado a casi todos los de su pueblo, cuando ya solo quedaban pocas
personas, el monstruo no quiso dañar a Ignacio y a su amigo porque
creía que los niños eran los que lo habían resucitado. Entonces
Ignacio se asustó mucho y llamó a sus papás. Calavera creyó que
los padres eran malos y los asesinó. La muerte llegó y le dijo a
Calavera:
-Ese niño, Ignacio, fue
el que te creó, no fui yo.
La muerte dijo eso para
salvar a los niños. Entonces. Desde ese día, no mató a nadie más
y desde entonces va por todos los pueblos en cada Halloween
repartiendo dulces y cuidando a los niños.
Yuliana Piñero 1° A