Había una vez una
hermosa princesa malvada que hacía hechizos a personas que no le
agradaban. Esta se llamaba Melinda y estaba enamorada de un mercader
de su reino, pero a él no le interesaban las damas con dinero.
Un día, la princesa de
tanto que lo observaba vio que estaba coqueteando con una pueblerina,
pero no con cualquier mujer sino con una amable bruja.. Muerta de
rabia, no se le ocurrió nada mejor que hacerle un hechizo. Buscó su
libro de encantamientos; dijo profecías y ¡¡¡puf!!! a la noche
siguiente esa joven se convirtió en una horrible lagartija. La bruja
desesperada y aturdida no supo qué hacer.
Pasaron días, meses y
años, y el vendedor no supo más nada de ella. Un día cuando estaba
pescando en una laguna, se encontró con una lagartija y conversó
con ella sin saber que era su amada. La pueblerina, que en ese
momento era una lagartija, intentaba hablar con él y no encontraba
las palabras. Solo hizo lo que tenía que hacer para deshacer el
hechizo: le pegó un lengüetazo.
Así, el horrible animal
desapareció y volvió la hermosa bruja. Le pidió matrimonio al
hombre y vivieron felices por siempre.
Agustina Vilchez, 1° A
La princesa y el
príncipe
Hace mucho tiempo, en un
enorme castillo, vivía una princesa llamada Camila. Un día, cuando
paseaba con su hermoso caballo, encontró a un príncipe que estaba
triste sentado bajo un árbol. Cuando él levantó la mirada vio a la
bella princesa que estaba junto a su caballo y él le dijo:
-Hola, ¿cómo te va? Soy
el príncipe Juan.
Ella le respondió:
-Hola, nunca te había
visto por aquí. Soy la princesa Camila.
Ellos se hicieron amigos
y salían a la plaza hasta que un día se enamoraron y decidieron
irse de viaje.
Cuando estaban en el
avión, vieron a una anciana que resultó ser una bruja. Cuando ella
vio al príncipe, se enamoró de él, pero luego vio a la princesa
que lo acompañaba y decidió hacerles un hechizo. Los convirtió en
dos loros que salieron volando del avión. Volaron y volaron hasta la
casa de una bruja para que les sacara el hechizo. Ella se los sacó y
Camila y Juan decidieron casarse para así vivir su vida felices por
siempre.
Delfina Mancini, 1° B