Una
herencia difícil de cobrar.
—¡Tengo una
mala noticia, la señora Sofía ha muerto esta tarde! — dijo
la mucama.
Sus familiares decidieron llamar al detective Bandow, que era muy
famoso porque había resuelto muchos casos importantes. Los hijos no
querían, pero insistieron en llamarlo y lo hicieron.
Cuando llegó el detective habló con la policía y le dijeron que
hasta el momento los investigadores creían que había muerto por una
apuñalada. Bandow creyó que no era ese el verdadero motivo, que
había algo más. Cuando comenzó a investigar notó que sus hijos
Gerónimo, Ignacio y Pedro lloraban por la muerte de su madre.
Después
de ver esa triste escena Bandow notó algo raro. Pasaron unas horas
y la tristeza de los hijos había desaparecido rápidamente; el
investigador empezó a buscar pistas e interrogó los hijos de
Sofía. Tras las interrogaciones empezó a sospechar, pero siguió
buscando pistas hasta que encontró una cajita de medicamentos que
tomaba la señora. Las llevó a analizar para saber por qué las
tomaba y qué contenían.
Al día
siguiente, ya tenían los resultados y esos no eran los medicamentos
que ingería Sofía. Por lo tanto, todo indicaba que alguien había
remplazado la sustancia que ella tomaba por otra de la cual era
alérgica.
Bandow se preguntó quién le habría cambiado las pastillas. Pensó
que Sofía era rica en cualidades y con mucho dinero. Sospechaba de
sus hijos, quienes eran muy ambiciosos, ya que al morir su madre
cobrarían una gran herencia. Bandow ya tenía el caso casi resuelto.
Tomó la determinación de seguir a los hijos de la señora. Durante
varios días no les perdió rastro. Mantuvo guardia frente a la casa
de uno de ellos. Una noche, cuando no había nadie en la vivienda,
ingresó. Buscó una prueba que le confirmara su teoría. Encontró
en la heladera una caja que contenía una pastilla similar a la que
le habían dado a Sofía. La envió al laboratorio para analizarla y
se confirmaron sus sospechas. Descubrió que ellos la habían matado
para poder cobrar la herencia. Gerónimo, Ignacio y Pedro,
recibieron su merecido, les dieron varios años de cárcel.
Anahi
Paulus (3er. año)