martes, 25 de octubre de 2016

Noche de amigas.




                Un día por la mañana decidí hablar con mis amigas Agustina y Valentina por nuestro grupo de WhatsApp para preguntarles si querían que nos juntáramos a la noche para salir a pavear y disfrutar del día.
                —¡Hola, Vale! ¿Cómo estás? ¿Qué hacemos esta noche?
                —¡Hola, Sofi! Bien, por suerte. No sé, vamos a dar una vuelta por el parque. Avisale a Agus.
                —¡Me alegro! Bueno, cuando estemos saliendo la pasamos a buscar.
Vale, Agus y yo íbamos a ir en mi auto por la ciudad. Cuando se hizo la hora, nos organizamos bien y fuimos a buscar a Agus.
                En el trayecto al parque íbamos escuchando música a todo volumen y la policía notó algo raro, nos frenó y nos pidió el carnet de conducir, pero no lo habíamos llevado. Entonces uno de los policías nos dijo: “señoritas, les voy a pedir que se bajen”, nos hizo una multa y nos llevó a la comisaría por no cumplir con los papeles necesarios para conducir el auto.
                Una vez que estuvimos en la comisaría, unos policías entraron con un hombre lleno de sangre gritando: "Yo no quise hacerlo". Nosotras nos preguntábamos qué había pasado; los policías se metieron en nuestra conversación y nos dijeron que el sujeto había matado a su esposa. Con miedo, pedimos ir a otra celda más alejada, nos dijeron que sí y nos quedamos tranquilas.
                 Ese mismo día a la noche, la mamá de Agus, que era la menor de nosotras, llamó a la comisaría para que nos liberen. Una hora después, vino la madre y nos retiró sin ningún cargo.
                Cuando llegué a casa me di cuenta de que lo que nos había pasado era grave y aprendí que no debemos sacar el auto de un mayor sin permiso.

Sofía Zordan 2C

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