martes, 25 de octubre de 2016

Día único.



               
El año pasado, el 13 de abril, mi tío nos propuso ir al campo. Hacía una peña folclórica en la cual tocaban mis primos que tienen un grupito. Homenajeaban a su abuelo, quien les había enseñado a tocar.
                Emprendimos el viaje un sábado a las 8 de la mañana. Fuimos mi mamá, mi hermana, mi padrastro y mi abuelo Julián, que nos llevó en su auto.
                El viaje fue largo y agotador, con destino a San José de las Salinas. Llegamos al mediodía, hacía mucho calor. La peña se hacía en un galpón y nos organizamos así: las mujeres preparaban la comida que se iba a vender, los hombres se encargaron del sonido y escenario y nosotros, los niños, de acomodar mesas y sillas.
                Llegó la hora indicada para empezar la fiesta. Había ido mucha gente, pero todos nos organizamos para hacer algo y mi tío me preguntó:
¿Sofí, vos podés vender los números?
                Sí, tío, ¿Y qué se rifa?
                Se rifa una consumición a elegir.
                ¿A cuánto vendo el numerito?
                Vendelos a $5.
                Yo me encargué de la venta de los números.
                La peña estuvo muy linda, mis primos tocaron, todo fue muy emocionante y yo vendí muchos números. Al terminar todo, ordenamos mientras mis tíos contaban el dinero que se había recaudado. No sé cuánto habrá sido, solo sé que fue una buena cantidad.

Sofía Rodríguez 2C

No hay comentarios:

Publicar un comentario