Un sábado a la tarde con mi hermana, Celeste,
fuimos a nuestra clase de patín en el predio al que va mí papá. Cuando llegamos
nos cruzamos a mi profesora de patín, Paula, y nos dijo:
―¡Hola!
¿cómo están?
―¡Hola,
profe! Estamos bien, gracias.
―Bueno,
me alegro. Las espero a las 15:30 hs en la pista.
―¡Sí,
dale!
Así
qué cuando se hizo la hora nosotras nos fuimos a la pista. Cuando terminamos de
precalentar Paula nos dejó hacer un juego en patines, habíamos decidido jugar a
la atrapadita.
Mientras
jugábamos, a Celeste la estaba por atrapar Juliana, nuestra compañera. Pero
Celeste salió de la pista y no pudo frenar, entonces se cayó. Juliana la quería
atrapar así que la siguió, pero se le trabó el freno. Como mi hermana todavía
estaba ahí tirada le tuvo que pasar por arriba. Cuando Juliana pasó la otra
pierna encima de Celeste ella se levantó justo en ese momento y Juliana le pegó
con el patín en la cabeza. Fue muy rápido, ninguna de las dos se vio.
Juliana
no vio que mi hermana se estaba levantando y Celeste no vio que ella justo le
pasaba por encima. Yo fui rápido a decirle a mi profe que Celeste se había golpeado
fuerte en la cabeza. Paula lo llamó al médico y vino corriendo a verla, en ese
momento él expreso: "Todo está bien, solo hay que ponerle hielo para
desinflamar".
Al
ratito término la clase y fuimos a buscar a mis papás para que le pusieran el
hielo. Llegamos, mi mamá vio a Celeste y preguntó:
―¿Qué
te pasó? ¿Quién te hizo eso?
―Estábamos
jugando y le pegaron con el patín en la cabeza sin querer ―le expliqué a mamá.
―¿Pero
cómo? ¿Cuándo?
―Hace
un rato en la clase de patín.
Después
de explicarle a mi mamá lo que había pasado se tranquilizó un poco.
Le
dimos el hielo y Celeste dijo que estaba mejor, que se le había desinflamado un
poco. Así que nos alegramos, cada vez se le notaba menos el golpe.
Florencia Barrera 2 C
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