Me encantaba andar en bici cuando era chiquita, hasta
que una vez me pasó algo por tratar de imitar a mi hermano, un suceso
inesperado con la bici. Aquel día hice mal una maniobra y me golpeé en el
estómago fuertemente, eso me hizo vomitar sangre. Mi hermano, que había visto
lo que pasó, me dijo:
―¿Qué
te pasó?
―Llamá
a la má ―le dije con la boca ensangrentada.
―Bueno
―dijo y se fue corriendo.
Mi
mamá fue a donde yo estaba y me llevó al hospital. Allí me revisaron para ver
si todo estaba bien y enseguida pudimos salir. Cuando regresé a mi casa, me
acosté y pensé: "¿Podré seguir andando en bici sin golpearme?". Hablé
sobre mi miedo con mi mamá y le pregunté si podía seguir andando sin golpearme.
Ella se llevó mi bici y desde ese día no tuve más miedo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario