La
princesa Olivia
(Una
princesa que de bella no tiene nada)
En un
castillo muy, muy, muy lejano, vivía una princesa no tan princesa.
Todos se imaginan una hermosa doncella con ojos azules y rulos
dorados desenredados con peines de oro. Pero ella no, era una simple
princesa llamada Olivia, no muy linda, con ojos marrones y un pelo
que parecía un nido de pájaros.
Un
príncipe valiente la buscaba para casarse con ella y heredar el
trono de su padre. Él también se imaginaba esa hermosa doncella y
no tenía idea de la desilusión que se iba a llevar cuando de verdad
viera la princesa que le había tocado.
Una
noche el príncipe tuvo que pasar un pantano infectado de ogros que
lo secuestraron para sacarle su belleza. El príncipe que era muy
apuesto terminó con una cara espantosa, una barriga enorme y piernas
flacas y peludas.
La misma
princesa Olivia soñó con lo que le había pasado a su legítimo
príncipe y salió a rescatarlo. En el camino se encontró con una
anciana y le contó lo que había pasado con su príncipe. La anciana
le dio una capa mágica que la hacía más fea de lo que era para que
los ogros no la quisieran secuestrar.
Al
llegar al pantano los monstruos se asustaron y salieron corriendo,
cayéndose así a un lago profundo lleno de cocodrilos y serpientes
venenosas. Como los ogros murieron, el príncipe volvió a su estado
real y la princesa se quitó su capa. Para su sorpresa, ella se
convirtió en una hermosa mujer. Se casaron y vivieron felices
comiendo perdices.
Sol
Albornoz 1° B
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