Una historia de
vampiros
Había una vez un chico
llamado Ignacio Bermúdez. Él se dirigía por la autopista a
Inglaterra a visitar a sus abuelos. Era de noche y se metió por una
arboleda. Entró por un camino que, según él, era un atajo. Comenzó
a caminar y, sin querer, pisó la cola de un lobo. Empezó a correr
hasta llegar a una mansión. Entró y cerró la puerta. Era muy
enorme. En las paredes había telarañas. Bajó por unas escaleras y
vio un ataúd. Lo abrió y vio un vampiro que en el medio de su pecho
tenía una cruz. Ignacio se la sacó y el vampiro abrió los ojos. Él
empezó a correr. La puerta estaba cerrada. Afuera había tormenta y
era de noche. Ignacio tenía mucho terror y quedó inconsciente. El
vampiro, que en realidad era su abuelo, lo llevó a su ataúd, lo
mordió en el cuello y así lo convirtió en uno de ellos.
Rodrigo Galíndez 1° B
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