La joven del espejo
La historia cambia según
el lugar y el paso del tiempo. Verónica López era aficionada a la
Oujia. Con sus amigos se divertían los días de tormenta y las
noches de frío. Ella siempre estaba dispuesta a reírse de los demás
y buscaba nuevas formas de asustarlos.
Una tarde invitó a un
pequeño grupo a la mansión abandonada en las afueras del pueblo y
allí decidieron jugar con el tablero. Fueron juntos en un automóvil.
Como siempre, sus bromas comenzaron a preocupar a sus amigos, que
sentían una extraña presencia. Sin previo aviso, Verónica fue
poseída por un espíritu y después de un largo gemido un vaho frío
salió de su boca y murió.
Sus amigos la lloraron,
pero quien más lamentó su partida fue uno de los varones que la
amaba en secreto. Una noche, accidentalmente apoyado frente a un
espejo, pronunció cinco veces su nombre y lo hizo con tanto fervor
que Verónica apareció en el espejo. El chico enloqueció y terminó
muerto al cruzar la calle mientras corría espantado. Ella quedó tan
dolida que espera dentro de los espejos a que alguien se anime a
llamarla para arrancarle los ojos.
Candela Sena 1° A
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