Recuerdo
cuando fui en 6° grado de viaje de estudio a Mendoza. Tenía un baño
en la habitación que compartía con cuatro compañeras, que no se
cerraba porque la puerta tenía el picaporte roto.
Un
día me fui a bañar y puse un banquito para sostener la puerta.
Cuando quise salir del baño, al banquito le quedó una pata atrapada
en una rotura del piso. Empecé a gritar pidiendo ayuda y no podían
abrir la puerta desde afuera por la falta de picaporte, hasta que con
fuerza lo saqué y me caí en la bañera. La verdad, me di un susto
bárbaro.
Anécdota de Constanza
Mazzoleni, 1° A
jajjajajjaja pobre cotyy
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