Dos hermanos apuñalaron
a su amigo para recuperar el honor de su hermana.
En un pueblo caribeño
en Cartagena de Indias, Colombia, el día lunes temprano por la
mañana, un joven de 21 años de edad, de nombre Santiago Nasar, fue
asesinado por sus dos amigos. Los autores del crimen, los hermanos
Pedro y Pablo Vicario, habrían ido a buscarlo para asesinarlo. El
motivo sería la separación reciente de su hermana, Ángela Vicario,
quien se había casado el día anterior. Ellos afirmaron que Santiago
era el responsable de la deshonra de Ángela.
En una primera
instancia, el plan de asesinato había sido frustrado pues mientras
esperaban a Santiago frente a sus casa, el coronel Aponte les incautó
las armas. Lamentablemente consiguieron nuevas armas, “dos
cuchillos rudimentarios y muy usados”, según figura en el informe.
La autopsia reveló
que siete de las numerosas heridas eran mortales. Tenía el hígado
seccionado por dos perforaciones, cuatro incisiones en el estómago,
de las cuales una le destruyó el páncreas. Tenía otras seis
perforaciones en el colon transverso y múltiples heridas en el
intestino delgado. La única que tenía en el dorso, a la altura de
la tercera vértebra lumbar, había perforado un riñón. Además
contaba con seis heridas menores en brazos y manos, y cortes en
muslos y abdomen que en el informe figuran como “estigmas del
crucificado”. La causa de la muerte sería una hemorragia masiva
ocasionada por las siete heridas mayores.
El abogado de los
hermanos sustentó la tesis de homicidio en legítima defensa del
honor, que fue admitida por el tribunal de conciencia. Pedro y Pablo
declararon al final del juicio que habrían vuelto a hacerlo por los
mismos motivos.
Todavía no queda
claro si realmente Santiago Nasar habría sido el causante real de la
separación de Ángela Vicario o solo una pantalla que ella utilizó
para cubrir a su amante.
Natalia González, 5° B
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