LA
CANASTA DE LOS RECUERDOS
En las tardes de otoño las abuelas se reunían en la
Plaza de Mayo, así todos podían verlas pasar un momento agradable,
compartiendo distintas actividades como jugar a la canasta.
La pasaron tan bien juntas que sus reuniones se hicieron
famosas y recibieron la propuesta de hacer competencias
interbarriales.
De pronto, los distintos medios de comunicación
vinieron a ser testigos de la enorme cantidad de mujeres que
eligieron pasar un momento juntas con la excusa de un simple juego,
pero con un motivo que las animaba: ENCONTRAR A SUS NIETOS. ¡Cuántas
mujeres! ¡Cuántas cartas hicieron falta para lograrlo!
Imaginemos por un momento que en nuestro país hay 500
nietos desaparecidos, 1000 abuelas buscando. ¿Cuántos mazos de
cartas harían falta para entretener a todas estas abuelas? Por ello,
cada dos abuelas llevaron una carta y pusieron sobre la mesa las 500.
Cada una representaba a un niño desaparecido y con ello se les
ocurrió que a medida que fueran apareciendo los nietos robados iban
a descartar una carta. Y mientras hubiera cartas iban a seguir
jugando.
El juego se hizo tan famoso que un programa de
televisión apostó por ellas y comenzó a emitir en vivo los juegos
de las abuelas. El día que encontraban a un nieto hacían un
programa especial con la historia del desaparecido junto a la abuela,
colocaban la carta enmarcada en un cuadro que decía “El juego no
se acabará hasta que las cartas no se terminen”.
Hoy el programa se emite en miles de países del mundo,
así todos tenemos acceso a la verdadera historia de muchos países
de latinoamerica.El mundo entero festeja cuando un niño, que hoy es
un adulto, aparece y recupera su identidad que le robó la historia.
El programa que hoy se emite en miles de países lo
conocemos con el nombre de ‘’Nunca más’’. A veces hay
invitados especiales, sobrevivientes de la dictadura que cuentan sus
testimonios. Cuando se escuchan las atrocidades de las torturas que
se aplicaban sobre las personas uno puede entender el porqué del
nombre del programa, porque siempre pensamos en el ‘’Nunca más’’.
¡Menos mal que ya aparecieron 100 nietos! Ojalá
aparezcan muchos más, para que el juego de la canasta sea solo un
juego entretenido para pasarla bien y no para aliviar el dolor de la
búsqueda.
Habilitaron todo un salón con las cartas enmarcadas
(las cartas que representaban a esos hijos, nietos que desaparecieron
en esa época macabra de nuestra historia).
Y las abuelas continúan jugando hasta que encuentren al
último nieto rebatado de sus vidas.
ALUMNAS:
Olmedo Micaela, Fontana Mara, Ramos Celeste, Contreras Roció.
CURSO:
6° A
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