viernes, 29 de noviembre de 2013

Una herencia difícil de cobrar.

Una herencia difícil de cobrar.

¡Tengo una mala noticia, la señora Sofía ha muerto esta tarde! — dijo la mucama.
Sus familiares decidieron llamar al detective Bandow, que era muy famoso porque había resuelto muchos casos importantes. Los hijos no querían, pero insistieron en llamarlo y lo hicieron.
Cuando llegó el detective habló con la policía y le dijeron que hasta el momento los investigadores creían que había muerto por una apuñalada. Bandow creyó que no era ese el verdadero motivo, que había algo más. Cuando comenzó a investigar notó que sus hijos Gerónimo, Ignacio y Pedro lloraban por la muerte de su madre.
Después de ver esa triste escena Bandow notó algo raro. Pasaron unas horas y la tristeza de los hijos había desaparecido rápidamente; el investigador empezó a buscar pistas e interrogó los hijos de Sofía. Tras las interrogaciones empezó a sospechar, pero siguió buscando pistas hasta que encontró una cajita de medicamentos que tomaba la señora. Las llevó a analizar para saber por qué las tomaba y qué contenían.
Al día siguiente, ya tenían los resultados y esos no eran los medicamentos que ingería Sofía. Por lo tanto, todo indicaba que alguien había remplazado la sustancia que ella tomaba por otra de la cual era alérgica.
Bandow se preguntó quién le habría cambiado las pastillas. Pensó que Sofía era rica en cualidades y con mucho dinero. Sospechaba de sus hijos, quienes eran muy ambiciosos, ya que al morir su madre cobrarían una gran herencia. Bandow ya tenía el caso casi resuelto. Tomó la determinación de seguir a los hijos de la señora. Durante varios días no les perdió rastro. Mantuvo guardia frente a la casa de uno de ellos. Una noche, cuando no había nadie en la vivienda, ingresó. Buscó una prueba que le confirmara su teoría. Encontró en la heladera una caja que contenía una pastilla similar a la que le habían dado a Sofía. La envió al laboratorio para analizarla y se confirmaron sus sospechas. Descubrió que ellos la habían matado para poder cobrar la herencia. Gerónimo, Ignacio y Pedro, recibieron su merecido, les dieron varios años de cárcel.

Anahi Paulus (3er. año)

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