Los hombres y mujeres tienen características, formas de ser y pensar, impuestas por la sociedad, y que por ende son aceptadas por ésta. En ellos, antes de nacer, se ponen expectativas. Es en nuestras familias donde aprendemos a ser hombres y mujeres, y son ellas las que nos forman en ese “molde”.
Las pautas que se establecen entre hombres y mujeres difieren ya que a nosotras, las mujeres, nos inculcan actitudes que debe llevar una mujer, es decir, nos ofrecen juguetes que tienen que ver con las acciones y actitudes que una mujer, que es madre, ama de casa y femenina, debe tener. En cambio, a ellos se les enseña que, como hombres, deben ser masculinos, no deben llorar, ni mostrar sus sentimientos. Se les enseña que deben aspirar al éxito y a los logros.
Personalmente creo que, si bien las cosas hoy en día son distintas en parte, las personas siguen esperando de las mujeres que limpien, cocinen, sean madres, mientras que muchas de nosotras queremos ser más que eso. Aspiramos a tener una carrera, trabajo y poder sustentar a nuestra familia sin tener que depender de un hombre.
Jordana Añazco °5to C
No hay comentarios:
Publicar un comentario